Praga es una de esas ciudades que hay que visitar una vez en la vida. Tiene una atmósfera que te envuelve y aquí se encuentra uno de mis rincones preferidos, el puente de Carlos, del que luego os contaré algo más. La primera vez que visité Praga no tenía ni idea de como sería la ciudad ni de lo que me iba a encontrar en ella. Es esa época viajaba con mis padres y eran ellos lo que se encargaban de organizar todo el viaje y yo me dejaba llevar. Me iba sorprendiendo en cada esquina y a cada lugar al que íbamos. Ahora, como soy yo la que organiza los viajes, ese efecto "sorpresa" ha desaparecido, pero la veo en la cara de mi marido. Veo como se va sorprendiendo en los lugares que visitamos, ya que no tiene ni idea de lo que visitaremos hasta que estamos ya allí.
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El puente de Carlos y al fondo el castillo de Praga |