Recientemente, el
restaurante Azurmendi ha sido elegido como el
mejor restaurante del mundo. La revista Elite Traveller edita, desde el 2013, una lista con los
100 mejores restaurantes del mundo, y en la lista del 2017, el primer puesto es para el
restaurante Azurmendi. Para que nos demos cuenta de la importancia que tiene esto, el famoso Celler de Can Roca está en el puesto número 11 y hasta el puesto número 32, en el que está el restaurante Diverxo, no encontramos ningún otro restaurante español. Pero su reconocimiento no es nuevo ya que, además tiene,
tres estrellas Michelín.
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Restaurante Azurmendi |
El
restaurante Azurmendi está liderado por el chef
Eneko Atxa y está situado en Larrabetxu, cerca de Bilbao, aunque la única forma de llegar a él es en coche o en taxi. Hay
dos menús para elegir, el
menú Erroak o el
menú Adarrak, pero no tienen grandes diferencias, incluso los dos tienen el mismo precio (180€ precio 2017). Es cierto que el precio es bastante elevado, pero es que el
Azurmendi ¡es el mejor restaurante del mundo! y no se trata solo de comer, es realmente toda una
experiencia gastronómica inolvidable.
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Entrada del Azurmendi |
Lo primero y más novedoso para mí es que no todo el menú se come sentado en la mesa. Te van enseñando el restaurante y sus diferentes estancias, y vas degustando los platos. Nada más entrar, hay una especie de recibidor, donde comienza la experiencia gastronómica. A modo de aperitivo informal, comenzamos con una copita de Txakoli G22 de Gorka Izaguirre que entraba solo. Y para acompañar, una "cestita campestre". Una especie de PICNIC DE BIENVENIDA que consistía en una tarta de queso, un brioche de anguila ahumada y un bocata de Txangurro. La toma de contacto con el Azurmendi estaba siendo muy buena, especialmente el bocata de Txangurro. Esto prometía.
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Picnic de bienvenida del Azurmendi |
Siguiente etapa, a visitar la cocina. Nos llevaron a
LA COCINA, donde se ve todo el ajetreo que tiene un restaurante de este tipo, aunque en ningún momento daba sensación de caos y estaba todo muy limpio y ordenado. Aquí nos sirvieron una
vieira asada al momento con emulsión de hierbas acompañada de un txakolí marino. Este txakolí era un poco más "duro" que el anterior. Para beber el chupito que nos sacaron y nada más. Eso sí, la vieira estaba espectacular.
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La cocina |
El tercer escenario era
EL INVERNADERO. Nada más entrar, un vasito de
jugo de manzana fermentada, que estaba demasiado ácido para mi gusto, pero que tenía un sabor totalmente diferente a cualquier otra bebida que había probado. Continuamos con un
cornetto de especias del mundo, una hoja de hierbas y la Kaipiritxa, que es una bolita de caipirinha hecha de Txakolí. Todos estos pequeños aperitivos fueron como una pequeña explosión de sabor además de tener una estética muy colorida y divertida.
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El invernadero |
Y por último, pasamos al comedor, al que llaman
EL MIRADOR. Una vez sentados en la mesa, es el momento de decidirse por el menú. Nosotros nos decantamos por el
menú Erroak. Y para beber, ya que nos había gustado mucho el txakolí que nos habían servido al principio, elegimos el
txakolí G22 de Gorka Izaguirre. El comedor era muy amplio, al igual que las mesas, y con mucha distancia entre ellas, para estar bien cómodo. Enseguida nos vinieron con el cestillo de
pan artesano de varias clases. Como el pan es una de mis perdiciones, probé unas cuantas clases y estaban todos muy ricos.
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Comedor Azurmendi |
MENÚ ERROAK
Y comenzamos con el menú Erroak. Como es un poco largo, voy nombrando los platos por grupos y luego pongo la foto. En general, todos estaban o muy ricos o riquísimos y con sabores muy intensos, con mucho "rock & roll". Empezamos con Limón Grass y vermouth, un huevo de caserío trufado y cocinado a la inversa y erizo al natural, emulsión, aire y matices cítricos.
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Limón grass y Vermouth |
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Huevo de caserío trufado y cocinado a la inversa |
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Erizo al natural, emulsión, aire y matices cítricos. |
Seguimos con setas al ajillo, bogavante asado, descascarillado, crujiente y su mahonesa y cochinillo frito ligeramente picante y albahaca (Cuando veais la foto del cochinillo no os vais a creer que ese fuera el plato del cochinillo). El plato de setas al ajillo fue simplemente ESPECTACULAR. A mí, fue el plato que más me gustó de todos. Parece increíble que unas "simples" setas estén tan deliciosas.
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Setas al ajillo |
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Bogavante asado y su mahonesa |
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Cochinillo frito ligeramente picante y albahaca |
Ahora le toca el turno a la merluza. La merluza en dos servicios: Kokotxas de merluza, pil-pil de hierbas y patatas y merluza crujiente con infusión de pimientos asados a la brasa. Un plato que parece sencillo, pero que no le hace falta más. La merluza con pimientos de toda la vida, reinventada por un restaurante Michelín. ¡Qué rica estaba!
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Kokotxas de merluza, pil-pil de hierbas y patatas |
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Merluza crujiente con infusión de pimientos asados a la brasa |
Antes de los postres, pichón, duxelle y flores de legumbre, con una presentación separada. Algo que me pareció muy original.
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Pichon, duxelle y flores de legumbre |
Y llegamos al final de este largo menú, que en ningún momento se hace pesado. Le toca el turno a los dulces con tres postres distintos. Pasión y coco, yogurt, miel y cinco especias y chocolate, cacahuete y regaliz. Los postres, para mí, lo más flojo del menú, pero es que el listón está muy, muy alto. Con el café nos sacaron una cajita con los petits fours. Empezaron a abrir cajones y cajones con chocolatitos, como unas gominolas y unos mini macarons. Lo más rico, la piruleta de queso blanco.
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Pasión y coco. |
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Yogurt, miel y cinco especias |
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Chocolate, cacahuete y regaliz |
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Petits four |
No me puedo aguantar y os tengo que comentar que en el baño había un kit de cepillo de dientes y pasta, como suele haber en los hoteles, para salir del restaurante bien aseado. Además, para secarse las manos, disponen de toallitas de algodón individuales, en lugar de papel. Es una tontería, pero es un detalle que a mí me gusta mucho.
Al finalizar la comida nos regalaron una
bolsita de semillas de guisantes lágrima y un folio lacrado con el
menú escrito, de recuerdo para llevar a casa. Pero la visita todavía no
había terminado. Nos faltaba la visita a la terraza superior, con un invernadero y donde se explica la filosofía del proyecto Azurmendi, siendo uno de sus pilares, la sostenibilidad.
Después de visitar el
restaurante Azurmendi y disfrutar de sus platos, sin duda, fue
una experiencia gastronómica inolvidable y no me extraña que le hayan nombrado
el mejor restaurante del mundo 2017, porque se lo merece.
Que pasada de restaurante!!! La foto desde fuera es increíble, La foto del invernadero me ha encantado también, hasta eso está tan cuidado. La verdad es que tiene que ser toda una experiencia poder hacer una ruta por dentro de un restaurante de lujo mientras vas probando cositas. Pero yo siempre he tenido una duda...no se queda uno con hambre? Jejejej
ResponderEliminarBuena entrada! Un saludo!
Lo de comer en distintos lugares del restaurante es muy novedoso, por lo menos para mí. Fues toda una experiencia gastronómica, la verdad. Y te aseguro que no sales con hambre!!! Comimos genial y te quedas muy satisfecho.
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