HURTIGRUTEN DÍA 5: TROMSO

Parte 6 de 7 del viaje  Hurtigruten: De crucero por el litoral Noruego

Escalas del día: 1-Stomarknes, 2-Sortland, 3-Risoyhamn, 4-Harstad, 5-Finnsnes, 6-Tromso, 7-Skjervoy

Hoy no había prisa por levantarse, pero ... a las 8:00 ya estábamos en cubierta viendo como el barco atracaba en el puerto de Harstad. Es el quinto día que llevamos embarcados en el Hurtigruten y, por si os lo estabais preguntando, no nos cansamos de ver estos paisajes.

Harstad

Como ayer cruzamos el círculo polar ártico, hoy se celebra la Ceremonia “Artic circle celebration”. El rey Neptuno ha venido a bautizarnos con el agua de sus mares por haberlo cruzado. A mí, como estas turistadas me encantan, hice mi bautismo y se me mojaron hasta los pensamientos con ese agua tan helada.

Tromso

Y seguimos navegando rumbo norte hasta llegar a Tromso. El Hurtigruten hace una parada de casi 4 horas, así que da tiempo de hacer una visitilla a la ciudad. Lo primero que vimos fue la catedral del ártico (aunque realmente no es una catedral sino una parroquia).  Fue construida en 1965 y destaca por su original arquitectura inspirada en la naturaleza ártica. 

Tromso y la catedral del ártico

Catedral del ártico

Hay otras dos iglesias en el centro de Tromso, ambas construidas en madera. La catedral de nuestra señora de Tromso, que tiene el honor de ser la iglesia cristiana situada más al norte, y la catedral de Tromso, ubicada en el lugar donde se construyó la primera iglesia de la ciudad. Sinceramente, nunca hubiera pensado que en este rincón del mundo iba a encontrarme con tantas iglesias.

Catedral de nuestra señora de Tromso

Catedral de Tromso

Tromso también es conocida porque aquí estableció Roal Amundsen su campamento base para muchas de sus expediciones. Aquí se encuentra el museo polar, donde se cuenta la historia de Tromso a través de sus expediciones al ártico.

Roal Amundsen y el museo polar

Roal Amundsen

Durante 1800 se convirtió en la puerta del ártico y fue el centro de la caza de focas del norte de Noruega. También fue una ciudad importante en la caza de ballenas. Muestra de esto es la  estatua, que hay cerca del puerto, de un ballenero en su bote y con su arpón.

Ballenero en Tromso

Puerto de Tromso

El tiempo se nos pasó volando paseando por sus calles repletas de casas de madera, pero el Hurtigruten no espera y tuvimos que volver al barco. Una pena que no pudimos subir en el teleférico de Fjellheisen para ver toda la panorámica de la ciudad, pero el tiempo no dio para más.

Storgata de Tromso

Nos quedamos con ganas de Tromso, con esa sensación de que no ha sido suficiente, así que espero poder volver alguna vez y disfrutar un poco más de esta ciudad.

Me quedo con la despedida desde el camarote, viendo la catedral del ártico mientras el Hurtigruten abandonaba Tromso.

¿Cuántas veces os habéis quedado con las ganas de quedaros en un lugar y no marcharos?

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