LA ÚLTIMA CENA DE LEONARDO DA VINCI

La famosa obra La última cena de Leonardo Da Vinci se encuentra en Milán. Se trata de un fresco, no de una pintura, y está sobre una de las paredes de la Iglesia Santa María delle Grazie, así que para poder admirar esta gran obra de arte hay que acercarse hasta la iglesia. Las visitas están limitadas y solo se puede estar durante 15 minutos, pero te dejan hacer fotos sin flash.

Nosotros compramos los tickets con antelación a través de getyourguide, y la única opción fue un ticket combinado de La última cena y el antiguo convento de la iglesia de San Maurizio porque las entradas se agotan rápidamente. Nuestra experiencia fue muy buena, tanto con la gestión por internet, como con la organización y la guía. Eso sí, las visitas son en inglés y hay algunas en italiano.

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Esta es la excursión guiada para ver exclusivamente el fresco de Leonardo Da Vinci, la última cena. Si hay plazas, recomiendo esta opción que es más barata. Si no vas con reserva previa es posible que no puedas entrar, sobretodo en temporada alta.

Santa Maria delle Grazie

La última cena se pintó en una de las paredes del refrectorio del convento y justo enfrente hay otra pintura de la misma época, La crucifixión de Giovanni Donato. Comparando ambas obras empezamos a darnos cuenta de la genialidad de Leonardo Da Vinci. No tienen nada que ver ni en la perspectiva, ni en los detalles, ni en la sensación de movimiento.

La crucifixión de Giovanni Donato

¿Qué es un fresco?

La pintura al fresco es una técnica pictórica que consiste en pintar sobre una pared, que previamente está preparada con mortero de cal, mientras ésta aún se mantiene húmeda o fresca (de ahí el nombre). Los pigmentos penetran en la cal del muro de tal manera que pasan a formar parte del mismo. Se debe preparar únicamente el trozo de pared que se puede pintar en una jornada ya que una vez que se seque ya no se podrá pintar sobre él. Además, no se pueden hacer correcciones ya que una vez absorbido el color por la pared ya no hay vuelta atrás.

Con la personalidad perfeccionista de Leonardo Da Vinci, esto era una pequeña dificultad que solventó modificando la técnica de la pintura al fresco que se utilizaba hasta ese momento. Esta técnica experimental que utilizó, le permitía realizar modificaciones en su pintura. Además también consiguió que el color y los detalle quedaran similares a la de una pintura al oleo.

Detalle del pan con las manos de Judas (izquieda) y Jesús (derecha)

El único problema fue que la pintura empezó a deteriorarse tan solo 20 años después de que fuera finalizada. Este hecho, unido a varias inundaciones que hubo en Milán, a que en 1797 el ejército francés uso la sala como establo y a los bombardeos de los aliados en 1943, dejaron la obra muy deteriorada. Pero en 1977 comenzó su restauración que duró hasta 1999, recuperándose la obra, a excepción de los pies de Jesús que están cortados por una puerta que se abrió en 1652. 

Jesus en la ultima cena de Leonardo Da Vinci

La última cena

La última cena fue pintada entre 1495 y 1498. Leonardo Da Vinci representó el momento en el que Cristo da el pan a Judas identificándolo como el traidor, inmediatamente después de que Jesús dijera "Uno de vosotros me entregará". Esta frase de Jesús provoca diferentes reacciones entre los apóstoles que Leonardo refleja al detalle.

De izquierda a derecha: Judas (cogiendo el pan), Simón Pedro y Juan

De izquierda a derecha: Bartolomé, Santiago el menor y Andrés

En el fresco, Jesús se encuentra en el centro, sobre el que recae toda la atención, y los apóstoles están agrupados de tres en tres, interactuando entre ellos. Además, Judas no queda aislado en un extremo de la mesa como era la representación habitual de la época.

De izquierda a derecha: Tomás, Santiago el Mayor y Felipe

De izquierda a derecha: Mateo, Judas Tadeo y Simón el Zelote

La composición del fresco está perfectamente estudiada para transmitir las sensaciones que pretendía Leonardo Da Vinci. Jesús en el centro del plano horizontal y en el punto de fuga. Su figura forma un triángulo equilátero mientras que el resto de los apóstoles forman dos rectángulos a cada lado de Jesús.

Mirando el fresco de la última cena de una forma general, parece que los apóstoles están a ambos lados de Jesús en un gran semicírculo, como si estuvieran en un ábside. Los brazos abiertos de Santiago el mayor dan profundidad a la escena y las figuras de ambos extremos de la mesa tienen mayor peso óptico, siendo las únicas cabezas que se encuentran completamente de perfil, exactamente perpendiculares a la mesa.

La mesa, al ser tan larga, hace el efecto óptico de ser más alta en la zona del centro, un recurso que sirve para equilibrar todo el conjunto. Otro detalle del dominio de la perspectiva de Leonardo es que la cabeza de Jesús es un poco más pequeña que la del resto de los apóstoles. El tamaño de la cabeza de Tomás, que sobresale a la derecha de Jesús, la vemos más pequeña, pero en realidad tiene un tamaño más grande que la de Jesús.

Detalle del cuchillo de Pedro

En cuanto a la iluminación, Leonardo Da Vinci tuvo en cuenta los ventanales existentes en el refrectorio, por eso la pared de la izquierda del fresco está en penumbra, ya que este lado se iluminaría con la luz que entraría por las ventanas. El lado derecho está completamente iluminado y al resto de la escena, Leonardo la ilumina con la luz que entra por los tres vanos que existen en el fondo.

Sin duda, la última cena de Leonardo da Vinci es una gran obra de arte que puedes admirar si visitas Milán y una de las 10 + 1 visitas imprescindibles de Milán. ¿Te lo vas a perder?

La iglesia y convento dominico de Santa Maria delle Grazie con La última cena de Leonardo da Vinci es Patrimonio de la Humanidad desde 1980.